viernes, 2 de abril de 2010



SILENCIO

Silencio....
el sonido de la mañana
me envuelve sigiloso
los primeros brotes del alba avanzan
pero yo solo escucho...

Silencio...
el mar en su oleaje
trae mil aromas de sal
en sus algas entrelazadas
pero yo solo escucho...

Silencio...
la suave brisa matutina
reconforta mis sentidos
mil caricias que me acunan
pero yo solo escucho...

Silencio...
dulces notas de armonía
gorriones que me saludan
anunciando un nuevo día
pero yo solo escucho

Silencio...
dulce calma en esta vida
dulce sonido en mis sentidos
dulce color en mi vista
Y sigo escuchando...

El silencio.

M. Neus Ramis Homar
2 abril de 2010

martes, 2 de marzo de 2010

el PARAGUAS

EL PARAGUAS




Tumbada en la cama, una habitación fría y lúgubre, paredes blancas sin decorar, un goteo caía hacia su brazo, sentía su cuerpo sin movimiento, ¿cuántos días habían pasado desde el accidente? Silvia escuchaba el ruido de las maquinas y de las enfermeras pasar por delante de su puerta, en ocasiones alguna se paraba y entraba, ella lo escuchaba como un susurro lejano.

Un golpe brusco hizo que su corazón se acelerara, ¿que era ese ruido?, se concentro y a través de sus pupilas fijas en el techo vio un haz de luz iluminar el techo, un goteo que empezó a resonar en los cristales. Empezó a notar como se movían los dedos de los pies. ¿que estaba pasando? , sus piernas cobraban movimiento y de un salto salió de la cama. Desconectando su cuerpo de la maquina, abrió la ventana, y saco su rostro dejando que las gotas de lluvia la hicieran sentirse viva de nuevo, recogió un paraguas que había en la mesita, alguna visita debía habérselo dejado, y salto desde el marco de la ventana. Escucho una voz a lo lejos que la llamaba pero no se giro, no pensaba volver a esa fría habitación, volvía a sentirse viva, su pelo se enredaba en el viento y sus rizos dibujaban extrañas figuras chocando contra su cara. Saco una mano fuera del paraguas y sintió como se mojaba, sintió la humedad en la planta de sus pies, la tierra fría y mojada y comprendió que no se había calzado; empezó a correr y a danzar, un baile de libertad y alegría, mientras sus piernas se iban embarrando y se iban mojando. Decidio deshacerse del paraguas hechandolo al viento y viendo como este se alejaba, haciendose cada vez mas y mas pequeño y perdiéndose entre la cortina de lluvia...

Extasiada de placer y felicidad se lanzo a la tierra mojada, y abriendo los brazos noto la lluvia sobre su cuerpo, el frío de la noche le estaba calando, escucho voces lejanas que la llamaban, pero ella estaba bien, no quería volver al hospital, y diviso una luz en la oscuridad, una luz cálida que hizo que el frío de la lluvia desapareciera, una luz que la fue envolviendo y llenando de calor.

Un revuelo de personas entro en la habitación, las maquinas estaban emitiendo un pitido continuo un pitido que significaba que la vida de Silvia había acabado, la llamaron e intentaron reanimarla .. pero su cuerpo estaba inerte y frío, en la mesita alguien había dejado un paraguas, y una enfermera sin darse cuenta lo tiro y pudo ver como los labios de Silvia formaban una sonrisa.

FIN



sábado, 16 de enero de 2010



Suspira en la remota oscuridad,
Un llanto que en silencio suena,
Un grito ahogado...
Un escalofrío encerrado...
Sentimientos, privados de lealtad.
Consumiendo esperanzas,
Retando al temor,
Malgastando los días,
Encerrando las noches,
Inspirando, una lluvia de ardor.
Barre de la tierra seca,
Áspera, inerte y muerta,

Maria de las Neus Ramis Homar